El proceso de extracción comienza por perforaciones predeterminadas y su posterior voladura con explosivos a partir de los bancos conformados.

Una vez ejecutada la voladura se procede a la clasificación del producto en bloques para usos en escolleras portuarias y el resto se dirige al proceso de trituración para la disminución de su tamaño para su uso en la construcción.

Mediante excavadoras frontales y palas cargadoras se cargan los camiones para llevar el material al sistema de trituración mecánica que consta de cuatro etapas. Las primeras tres etapas de trituración son en seco sin participación de agua. La cuarta etapa de trituración culmina con un tamizado que se le agrega agua para lavar la piedra de materiales finos y de ese modo se obtiene  una óptima materia prima para la producción de hormigones.

El agua también se utiliza para controlar el polvo en suspensión mediante aspersores aplicados en todos los movimientos del material, de todo el circuito de molienda.

A continuación del área de trituración se encuentra la zona de expedición con los depósitos de piedras graníticas clasificadas por tamaños comerciales.